Caleta Tortel

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lunes, 3 de marzo de 2014

Austral road...Pumalín y Chaitén.

La carretera austral tiene, en cada uno de sus kilómetros, paisaje únicos e irrepetibles. Desde que comienza la Ruta 7 hasta su fin (En Villa Ohiggins) cruza bosques, glaciares, montañas, lagos, ciudades y pueblos. En esta oportunidad decidimos recorrer un tramo de la carretera que si bien se ve interrumpido por fiordos por lo que necesario utilizar un ferry para cruzar y llegar a la que quizás sea la nota que más libre de intervención se mantiene, el Parque Pumalín.

El recorrido comienza llegando a la ciudad de Puerto Montt, punto inicial de la Ruta 7 y luego tomar la ruta hacia el sur hasta llegar a Caleta La Arena donde se debe tomar un transbordador que tiene un valor de $9.000 aprox. y que tarda 30 minutos en llegar hasta el otro extremo, la Caleta Puelche. A este lugar llegamos cerca de las 3 de la mañana, por lo cual debimos pasar la noche en el jeep. La primera barcaza sale a las 07:00 am, así que en esa nos embarcamos. Luego de llegar a la otra orilla se debe seguir por el camino pasando por Contao, un pequeño pueblo a orilla de mar (en ese momento estaban reparando y pavimentando el camino). Después de 1 hora y media aprox. se llega a Hornopirén, cuyo significado es Horno Nevado. En Hornopirén es posible quedarse, alojar e incluso recorrer muchos lugares existentes en los alrededores, sin embargo nuestros planes estaban más al sur, por lo que tomamos el Transbordador a las 11:00 am, con un costo de $30.000 por vehículo y $5.000 por pasajero (el chofer no paga extra).





El viaje es en extremo tranquilo, por fiordos de aguas calmas y con hermosas vistas, el cual después de 3,5 horas aprox llega a Leptepú donde recala el Transbordador.

Aquí viene un recorrido de 10 kms por tierra, por un camino recién construido y bastante bueno, para luego llegar al 2do transbordador en Fiordo largo, esta vez concesionado y mucho más pequeño que el anterior (similar al que cruza desde Caleta La Arena a Caleta Puelche) el cual en unos 45 minutos llega a Caleta Gonzalo, puerta de entrada del Parque Pumalín y del tramo de la Carretera Austral que ahora llega sin interrupciones hasta Puerto Yungay, casi 1000 kms más al sur.



Decidimos avanzar hasta Chaitén sin detenernos en el camino y realizar los diferentes trekking que hay al regreso. Un par de kilómetros antes de llegar a Chaitén es posible apreciar la devastación que causo la erupción del volcán del mismo nombre, arrasando bosques y desviando el cause del río. En este lugar realmente es posible apreciar la fuerza de nuestra madre naturaleza.




Llegamos a las 6 de la tarde aproximadamente a Chaitén y quisimos buscar un lugar para almorzar, pero no había ningún sitio abierto, probablemente por ser feriado o la gente estaba celebrando las fiestas patrias. Nos quedamos en la Hostal Don Carlos la cual tiene un costo de $10.000 p/p con baño compartido y desayuno incluido. A la mañana siguiente nos levantamos temprano y decidimos ir a dar una vuelta a Puerto Cárdenas, pasando por el sector El Amarillo.







Como nunca supimos cual era el pueblo seguimos por el camino, cruzamos el puente del Lago Yelcho pensando que lo encontraríamos mas adelante, sin embargo nunca nos topamos con el, así que sacamos por conclusión que este pueblito ya lo habíamos dejado atrás y que se componía de un par de casas solamente. 






Nos dimos la vuelta poco mas allá del mirador del Glaciar Yelcho (el cual no pudimos ver porque estaba nublado). Cuando regresábamos nos percatamos que no habíamos cargado las baterías de nuestras cámaras, así que rogamos que hubiese un local abierto para almorzar y aprovechar de cargar las baterías. Afortunadamente encontramos un lugar, almorzamos un rico Bistec a lo pobre y cargamos las baterías. 

Ese día avanzamos hasta el camping el Volcán, el cual se encuentra dentro del Parque Pumalín, este es muy lindo y tiene una vista maravillosa. Ese día no había nadie mas que nosotros ahí. Armamos nuestra carpa y fuimos a hacer un pequeño sendero interpretativo antes de que la lluvia nos alcanzara. Regresamos a la carpa, preparamos once y nos acostamos. Esa noche llovió copiosamente. 






En la mañana nos levantamos temprano y tomamos un contundente desayuno. Mientras desayunábamos comenzó a llover nuevamente e incluso granizó.



Cuando la lluvia cedió un poco desarmamos la carpa y seguimos nuestro rumbo. Ese día teníamos pensado realizar varios trekking, dentro de ellos el de Las Cascadas. Este dura 2 horas y media aprox. y es posible visitar 2 cascadas. Al bajar se puede tomar otro sendero y recorrer un pequeño bosque de alerces. 








Al volver al auto seguimos avanzando y llegamos hasta la entrada del bosque de alerces milenarios, el cual se encuentra a orillas del camino. Este trekking es de 30 minutos aprox.










Antes de llegar al camping de Caleta Gonzalo realizamos un pequeño trekking para observar uno de los tantos puentes colgantes. Este sendero lleva a la laguna Tronador.




Ya en la tarde llegamos al camping de Caleta Gonzalo, la entrada al Parque Pumalín. Este camping es muy hermoso, esta en excelentes condiciones y tiene varias comodidades. Además los baños son muy limpios y cuenta con almacén en temporada alta. El camping también tiene mesas de picnic techadas, lo cual es muy cómodo, pues en esta zona son características las constantes lluvias sin importar la época del año.





Cerca de este camping tuvimos la oportunidad de ver y fotografiar un Martin Pescador, ave típica de esta zona.





Al día siguiente nos levantamos temprano para asegurarnos de tener cupo en la barcaza que llega a Fiordo Largo, y en buena hora hicimos esto, pues mas tarde la fila de vehículos era enorme, al menos 50 autos esperando para embarcarse. 



El viaje de regreso fue tranquilo. Decidimos viajar hasta Puerto Varas, ya que el viaje hasta Chillan seria muy agotador. Llegamos cerca de las 11 de la noche a la ciudad y después de recorrer un poco encontramos una hostal abierta a un precio mas que aceptable, además el desayuno estaba incluido. Luego de dejar nuestras cosas nos apresuramos a buscar un lugar para ir a comer, afortunadamente la hostal esta muy cerca del centro y sobre todo de la iglesia, uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. 

En la mañana no nos levantamos tan temprano y aprovechamos de disfrutar un rico desayuno. Luego cargamos el jeep para recorrer la costanera de esta hermosa ciudad. Ya a la hora de almuerzo estábamos retornando a nuestro querido Chillán.



jueves, 22 de agosto de 2013

La carretera austral desconocida

La Ruta 7 es sin duda la carretera más hermosa de Chile y de las más hermosas del mundo. Recorre más de 1000 kms desde Puerto Montt hasta Villa O'higgins y cruza glaciares, montañas, fiordos, lagos, etc, toda la más hermosa zona patagónica. 

 Pero paralela a un segmento de la carretera austral corre un camino casi tan hermoso como esta última. se inicia en Petrohué, a los pies del volcán Osorno y en el extremo sur-oriente del Lago Llanquihue y recorre sectores increíbles como Puelo,Cochamó para rodear el borde sur del Estuario de Reloncaví y llegar hasta unirse con la ruta 7 en Caleta Puelche.

Llegando a Cochamó
El viaje que hicimos con Ximena esta vez comenzó precisamente en Petrohué, luego de un exitoso ascenso al volcán Osorno. Consultamos por esta ruta y decidimos seguirla ya que nos dijeron que estaba pavimentada y en buen estado (lo cual es cierto). Saliendo de Petrohué comienza un camino en muy buen estado, entre cerros bosques muy tupidos, bosques muy verdes y poco a poco el volcán Osorno se deja ver en el retrovisor por lo que detenerse unos minutos para fotografiarlo es casi una obligación, teniendo en cuenta que el camino no es muy transitado. Tampoco vive mucha gente a las orillas del camino ya que es un sector muy poco intervenido, pero a ratos es posible encontrar pequeños villorios. Entre los atractivos de esta parte del camino está la Laguna Los Patos, pequeña, pero linda.

El camino de pronto nos lleva a un sector amplio, donde el río Petrohué descarga sus aguas en el mar, que es tan tranquilo que lo confundimos con un lago. La bahía de Ralún se abría ante nosotros y el camino comenzaba a irse por la orilla del mar desde ahora en adelante (a excepción de un pequeño tramo).

El camino es poco señalizado, pero eso le da otro toque y se vuelve más aventurero el poder recorrerlo. De echo nosotros poco conocíamos de los lugares a donde llegaríamos y los kms que íbamos a recorrer, pero nos dejamos llevar y la sorpresa fue agradable. De pronto un portal con una leyenda que dice "Bienvenido a Cochamó" nos recibe y entramos a un pueblo realmente hermoso. Una gran iglesia de madera, de arquitectura chilota, es lo que primero nos sorprende, además que sus calles de tierra nos llevan hacia una playa pequeña con un embarcadero y un poco mar adentro, un roquerío con un faro era sin duda lo más característico.






El entorno es sobrecogedor. Cerros teñidos completamente de verde por bosques y al fondo se lograba divisar, entre las nubes, el impresionante volcán Yates lo cual compone, quizás, la vista mas característica del pueblo.
Al llegar, tuvimos que buscar una hostal, las cuales no eran muy variadas, creemos que principalmente por la temporada. Finalmente escogimos una que nos cobraba $10.000 p/p y que tenía un ambiente bastante hogareño, piezas grandes y linda vista, precisamente hacia la bahía que describíamos antes. Recorrer el pueblo no es difícil no tampoco se tarda mucho en poder conocerlo completo. Son pocas calles, pero con lindas viviendas y la gente obviamente se caracteriza por ser como en la Patagonia, agradables, amables y acogedores. Pasamos a un pequeño restaurant, el único que encontramos abierto después del atardecer y obviamente pedimos algo de la zona, salmón y xxxxx (no me acuerdo). Luego recorremos un poco más del pueblo y a dormir ya que al día siguiente la idea era llegar hasta Hornopirén.


Faro y volcán Yates.
Iglesia de Cochamó.
Nos levantamos temprano y el día estaba maravilloso, despejado y agradable. Salimos del pueblo y la primera detención es a la entrada del valle de Cochamó, paraíso de los escaladores y un trekking que en algún momento de la vida hay que hacer.




Luego, nuestra admiración se la llevaría el extraordinario río Puelo, el cual rodeamos desde su desembocadura y cruzamos por un puente que demuestra lo extraordinario que es este río. El color verdoso de sus aguas y la gran cantidad de caudal lo hace sorprendente. Un paraíso para los amantes de la pesca (disciplina que con Ximena no nos agrada mucho) y que además se encuentra amenazado por el proyecto de Mediterraneo S.A. que prentende construir una Central de Pasada en el río Manso, afluente del Puelo. Todo esto ha producido todo un debate, tanto por la Central misma como por la inevitable línea de transmisión que debería pasar por el Estuario de Reloncaví. Con este tipo de proyectos vemos lo indefensos que se encuentran estos paisajes que por ser aislados y con poca intervención, se cree que es fácil traer "progreso" sin importar cuanta destrucción pueda venir de la mano con esto, no tan solo natural, si no que al estilo de vida de aquellas personas que viven de la belleza de este entorno.




Lago Tagua Tagua
Llegamos siguiendo algunas indicaciones hasta el lago Tagua Tagua, que es un embalse natural del mismo río Puelo y por el cual es posible cruzar en un transbordador para llegar a otros sectores más aislados (Llanada grande y el paso internacional río Puelo). Aquí nos detenemos a cocinar el almuerzo (y tenemos la visita de un agradable amigo) para planear el resto de la tarde y nuestra llegada a Hornopirén.





Iglesia en Puelo
Pasamos por el pueblo de Puelo el cual es muy chiquitito, tiene pocas casas, una escuelita, Iglesia. No nos detenemos ni recorremos mucho, así que seguimos nuestro camino hasta volver a encontrarnos con el estuario y los criaderos de salmones los cuales abundan por toda la orilla aprovechando la tranquilidad de estas aguas. La vista sigue siendo hermosa, teniendo a la vista la otra orilla del estuario hasta que llegamos a la junta de nuestro camino con la Ruta 7, la carretera austral, en el sector llamado Caleta Puelche, donde también se realizan los embarcos/desembarcos de los transbordadores que cruzan el estuario en uno de los varios puntos en donde la carretera cede terreno al mar. Desde aquí la ruta sigue internándose en bosques y cerros hasta llegar al pueblo de Contao, lugar en donde la carretera se aleja del mar para volver a encontrarse con este en el pueblo de Hornopirén.


Ruta 7




Salmoneras




El camino sigue, cruzando cascadas, cerros y bosques. Cuando la tarde ya estaba muy avanzada comenzamos a llegar al pueblo de Hornopirén, capital de la comuna de Hualaihue. El pueblo nos maravilla, pequeño, pero con un sector comercial muy bien abastecido. Como llegamos algo tarde debemos buscar alojamiento rápido, sabiendo que el camping que nuestros amigos nos habían recomendado no estaba habilitado en esta época del año. Entre consultas y consultas, nos recomiendan ir a un camping que estaba "al final de la playa" en el llamado Parque Botánico, el camping "Patagonia El Cobre". Nos costó dar con él, pero finalmente, tras seguir un camino que bordea (literalmente) el mar, llegamos hasta una entrada y finalmente al camping.


El camping es bastante agradable, algo húmedo (agudizado tanto por la época en la que fuimos como por la reciente lluvia que había caído), pero tiene sitios amplios, baños (no estaban en muy buen estado ni muy limpios) y linda vista a la bahía. Después de armar la carpa volvemos al pueblo a recorrer y comprar algunas cosas. Además paseamos por la costanera, que es sin duda el lugar más atractivo del pueblo, tanto por la vista que esta tiene como por lo bien mantenida que se encuentra. 


volcán Hornipirén

Costanera de Hornopirén.


Volcán Hornopirén.


El camping contaba igualmente con una amplia cocina comedor. Todas las comodidades del camping estaban algo "abandonadas" principalmente por que no era época de turistas.
Al día siguiente, vamos a un mirador ubicado en el mismo camping, desde el cual en altura se podía apreciar el mar, parte del pueblo y los cerros circundantes. Nos hablaban de muchos lugares cercanos que no podíamos dejar de visitar, pero lamentablemente por tiempo, tendríamos que dejarlos para otra oportunidad. ya que debíamos regresar a Chillán y el viaje era muy largo, incluyendo el paso en transbordador y la visita a un último lugar.





El camino de regreso no presentó mayores novedades. Era el mismo que habíamos recorrido el día anterior hasta llegar a Caleta Puelche, donde el transbordador ($9500 por vehículo) nos cruza el estuario de Reloncaví hasta llegar a Caleta La Arena. Esta última es una pequeña caleta donde termina la primera sección de ca carretera austral que parte en Puerto Montt. Aquí es típico comer empanadas en alguno de los locales que hay así como también dejar recuerdos en alguno de los libros para volver a verlos en alguna futura oportunidad.

Seguimos por nuestro camino hasta llegar al Parque Nacional Alerce Andino. Sabíamos que teníamos poco tiempo para recorrerlo, por lo que decidimos tomar un corto sendero que nos llevaría hasta un monumento natural. El trekking es bastante tranquilo y el sendero es muy verde, rodeado de bosques y bordeando un río. La maravilla llega cuando aparece ante nosotros el Alerce milenario, Monumento Natural que con sus más de 2 mil años es con toda seguridad de los seres vivientes más longevos del planeta. Sentir la energía que este inmenso árbol nos entrega es algo indescriptible y saber que esta especie estuvo a punto de ser extinguida por su tala indiscriminada. Actualmente está protegida y se impide su explotación.









Después, retornamos a al auto y emprendemos el regreso a Chillán, habiendo conocido la belleza de esa zona de la cual poco habíamos escuchado, pero nos sorprendió gratamente y de la cual sin duda quedaron sectores por conocer.