Caleta Tortel

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miércoles, 14 de agosto de 2013

Más que un refugio, un hogar en la montaña.

Cerca de nuestra ciudad (Chillán) existen diversos lugares para poder visitar y sin que ello incurra en gastos mayores, ya que para estos sitios no se necesita pagar ningún tipo de entrada, solo las ganas. En esta ocasión nos referiremos al refugio Garganta de Diablo situado en plena cordillera de Ñuble.


Refugio Garganta del Diablo en otoño
Garganta del Diablo fue construido en 1937 por miembros del Club Andino de Concepción. Durante muchos años sirvió de refugio a personas amantes de la montaña y la naturaleza, sin embargo con el paso de los años y la falta de recursos fue sufriendo el abandono quedando expuesto a las inclemencias del tiempo, que en la cordillera se caracterizan por las fuertes nevadas, viento, etc. Si a esto sumamos el deterioro propio de los materiales, este bello refugio tenía sus días de existencia contados. Sin embargo, gracias al buen corazón de personas desinteresadas quienes no permitieron la muerte de este refugio, pues los había albergado en incontables ocasiones, se reunieron en 2003 con el fin de rescatar, reconstruir y mantener este maravilloso lugar. 



Este refugio de montaña es único en Chile. Se encuentra a solo 1 hora y media de Chillán en vehículo y se puede acceder a él en cualquier época del año. Existen dos rutas; una a través del refugio Aserradero y otra por la pista de esquí llamada Las Tres Marías. La ruta por el refugio Aserradero es bellísima, pues se recorre prácticamente todo el camino por bosques de robles, ñirres, etc. La duración es de aproximadamente 3 a 4 horas. En invierno no es recomendable tomar ese sendero, ya que la huella se pierde bajo la nieve la cual puede ser muy abundante y provocar que el tiempo de caminata se duplique.


Ruta por el bosque.
La otra ruta parte desde el andarivel el Tata, a través de la pista las Tres Marías. En invierno se debe tener cuidado con las motos de nieve y los esquiadores que bajan rápidamente por esta pista. La primera parte comprende un tramo de la pista que va bajo un bosque centenario en el cual es común escuchar a carpinteros negros (que se caracterizan por tener la cabeza roja). Tiene un par de pendientes fuertes hasta llegar a la salida del bosque y luego un sector de arenas volcánicas que por un sendero levemente marcado lleva hasta el mismo refugio.


Pista Tres Marías Bosque
Arenal
Al interior del refugio es posible encontrar bastantes comodidades para lo que alguien se podría imaginar de un refugio abierto como lo es este. Cuenta con 3 niveles, de los cuales el primero es usado como leñera, luego viene la cocina y sala de estar donde se ubica una cocina a leña, bancas y un mesón grande. También aquí podemos encontrar un par de salones destinados en un comienzo a baños, pero en este momento uno de estos salones se encuentra inhabilitado por la mala calidad de su piso, mientras que el otro cuenta con un par de inodoros, los cuales ya no están prestando la función inicial ya que obviamente no se cuenta con alcantarillado y los desechos caen al aire libre. Finalmente el último piso es usado como dormitorios, con tres habitaciones separadas. El techo del refugio es quizás el que más deterioro ha sufrido y es el que más veces ha debido ser reparado.



El refugio en si no es tan solo el espectáculo, sino que también el paisaje que lo rodea. El Refugio (Garganta del Diablo) lleva su nombre por una formación rocosa que se encuentra muy próximo a la construcción. Es literalmente una "garganta" por donde pasa el viento muy fuerte produciendo un sonido tétrico que, supuestamente, suena como la garganta del diablo (sin duda lo debe haber dicho alguien que ha escuchado realmente la garganta del diablo jaja). Hacia el lado norte, se encuentra un cerro de suaves lomajes en el cual es posible encontrar la única vertiente del lugar (y única fuente de agua en el verano) y es un mirador natural para apreciar las hermosas vistas hacia el valle de Shangri-Lá, Nevado de Chillán, Volcanes y gran parte de la cordillera del Bío Bío, con cerros como el volcán Antuco y la Sierra Velluda. 



Nevado de Chillán
Una vez que ya conocen este lugar es imposible no venir a visitarlo nuevamente, ya sea para usarlo como base para algún ascenso a los cerros cercanos (volcanes Chillán, Nevado de Chillán) o simplemente para relajarse. Es usado igualmente como escuela para enseñar diversas  técnicas a los deportistas que se inician en el montañismo, aprovechando su entorno accidentado, fácil acceso y comodidades que entrega, ideales para quien no tiene la costumbre de acampar en nieve o simplemente de hacer su vida al interior de una carpa.


Vista desde el tercer piso
Garganta del Diablo es un lugar especial para nosotros, ya que hemos pasado buenos momentos junto a nuestros amigos y nos ha protegido en cada ocasión que hemos estado ahí. Es por ello que nos entristecimos profundamente cuando vimos que podíamos perder este bello lugar y que podía caer en manos de privados, sin embargo gracias a las gestiones de personas que no permitieron por ningún motivo que esto sucediera, se dio en comodato a la Asociación de Andinismo de Ñuble para su cuidado y protección.





Así como existe gente con conciencia ambiental y que mantiene limpio y ordenado también existen personas que visitan el refugio y que dejan su basura esparcida por todos lados causando destrozos, sin importarles nada. Es por ello que constantemente se debe bajar bolsas llenas de basura y botellas plásticas y además realizar 2 o mas veces al año jornadas de reparación y de recolección de leña.


Finalmente, debemos destacar la necesidad de mantención que requiere este refugio, que todos seamos conscientes de la importancia que tiene, no tan solo para el montañismo si no que como reliquia para nuestro país, que perfectamente pueda ser declarado Monumento Nacional tanto por su valor histórico como por su importancia para el deporte.






sábado, 27 de julio de 2013

Una mole imponente: Volcán Lanín

Una de nuestras actividades preferidas es el "montañismo". Desde hace ya 6 años que yo lo practico y Jorge desde hace un par de años mas. Hemos compartido muchas cumbres juntos tanto en nuestra región (Bio-Bio) como en otras. Quise hacer el relato de este ascenso, pues considero que ha sido la cumbre mas hermosa de todas las que, por lo menos yo, he alcanzado, ya que la vista desde arriba es espectacular y principalmente porque llegar a ella no es nada fácil. El volcán Lanín es un cerro largo y agotador, pero el esfuerzo se recompensa con creces al momento de estar en su cumbre. 

En este viaje se aventuraron mi mejor amiga Yennifer, Jorge, Guillermo, Alexandra, Joel y dos invitados Hernán y Juan José. Aprovechamos el fin de semana largo del 15 de octubre del año 2012 y viajamos el sábado 13 de octubre de madrugada desde Chillán. En mi auto iba Yennifer, Guillermo y Jorge de conductor. Llegamos a eso de las 8 de la mañana a Pucón donde aprovechamos de estirar las piernas y tomar desayuno. Lamentablemente, el tiempo estaba nublado como habíamos visto en internet, pero teníamos fe que tendríamos una ventana de buen tiempo para llegar al campamento base y atacar la cumbre.

Comenzamos a caminar cerca del mediodía sin poder ver el volcán, ya que aún se mantenían las nubes en el cielo. 


A la hora de caminata las nubes de disiparon y el sol se dejó ver. Estábamos contentos por haber acertado al arriesgarnos a ir, ya que todo y todos presagiaban que nuestro viaje seria en vano. 





El ascenso hasta el campamento base tardó aproximadamente 6 a 7 horas. Subimos bastante relajados y nos detuvimos en cuatro ocasiones a descansar. La inclinación en algunas zonas era bastante fuerte sobre todo en la última parte donde esta alcanzaba los 50 grados fácilmente. 




Llegamos cerca de las 19 horas al campamento base. El día estaba ideal no hacia tanto frío  y tampoco corría viento. Armamos nuestras carpas, comimos algo y nos apresuramos a deleitarnos con el atardecer. Poder apreciar el atardecer desde este lugar es un placer que no muchos puede contar.




Al día siguiente comenzamos a caminar a eso de las 5 de la mañana. Esa jornada también seria larga y afortunadamente el día presagiaba que estaría espectacular para intentar la cumbre.



Después de 6 horas llegamos a la cumbre. Unos un poco antes y otros un poco después, pero lo importante es que todos llegamos. Estábamos demasiado felices. Nos abrazamos y nos felicitamos. Y obviamente tomamos las respectivas fotos para inmortalizar este momento para siempre.








En la cumbre estuvimos un poco mas de 30 minutos, ya que el viento comenzó a ser cada vez mas fuerte. Un poco mas abajo de la cumbre había un lugar protegido del viento donde aprovechamos de comer y beber un poco. Casi sin darnos cuenta las nubes nos cubrieron por completo.


La cumbre, al par de minutos de comenzar a bajar, ya no se veía. Todo indicaba que se venía una tormenta, por lo cual bajamos rápidamente hasta nuestro campamento base.



Al llegar al campamento base desarmamos las carpas rápidamente, ya que estaba comenzando a nevar. A ratos las nubes se disipaban un poco, pero luego volvían a agolparse furiosamente. La bajada se nos hizo eterna, mientras el cielo retumbaba con los truenos. La tormenta nos había alcanzado. Ya cuando nos faltaba cerca de una hora para llegar el sol se abrió paso y asomó como si nada hubiese pasado. Al llegar a los autos nos cambiamos de ropa, comimos algo rápido y emprendimos el regreso. En Pucón pasamos a comer algo mas contundente, pues llevábamos dos días comiendo y durmiendo poco.  En Pucón nos despedimos, todo había sido espectacular, el grupo, la salida, el tiempo. El Volcán Lanín nos había permitido, esta vez, estar en su cumbre, pues esta mole a veces se comporta esquiva. Jorge y Guillermo se turnaban el volante, mientras Yeni y yo no podíamos de sueño, nos pesaban los ojos, nos dormimos profundamente durante prácticamente todo el viaje.