A principios del año 2009 ambos comenzamos nuestras vidas laborales. Luego de 5 años de arduo estudio por fin veíamos cumplida una de nuestras metas, tener un trabajo estable y poder tener ese dinero que uno tanto anhela cuando estudia. Sin embargo, ahora que teníamos el dinero, no teníamos el tiempo, así que debíamos esperar todo un año para las ansiadas vacaciones, que desde hace mucho tiempo tenían un destino fijo, "Torres del Paine" en la Patagonia chilena. La fecha establecida fue fines de marzo de 2010 y los pasajes en avión fueron comprados con muchos meses de anticipación. Trabajamos todo el año pensando en que pronto íbamos a cumplir nuestro sueño de conocer la Patagonia. Hasta que por fin llegó marzo y nuestras vacaciones estaban a la vuelta de la esquina. Planificamos todo con mucho cuidado, cada uno de los 14 días que estaríamos fuera. Nuestro principal objetivo era realizar el circuito de la "W" en las Torres, así que antes de partir averiguamos muchas cosas como cuantos días se tardaba en completar este circuito, alojamientos, buses, tiempos de viaje, estado del tiempo, etc, no queríamos dejar nada al azar.
El día del vuelo fue el domingo 28 de marzo. Para ambos fue el primer viaje en avión, así que estábamos un poco nerviosos y ansiosos, sin embargo el viaje fue espectacular, la vista de la cordillera de Los Andes y los Campos de Hielo Norte y Sur era indescriptiblemente maravillosa, ya que nos tocó un excelente día para viajar. Lamentablemente, teníamos que pelearnos la ventana para poder mirar.
Al llegar a Punta Arenas nuestra emoción era inmensa, casi no podíamos creer que estábamos en el "fin del mundo". Luego de recorrer un poco la ciudad y pasar a hacer la últimas compras, tomamos el bus hacia Puerto Natales (Buses Fernández, Armando Sanhueza nº 745, Punta Arenas). El trayecto fue de 2 horas y media y el camino al principio nos encantó, sin embargo el cansancio del viaje nos hizo dormirnos casi al instante, además de que la pampa, luego de un rato, suele ser un poco monótona.
Al llegar a Punta Arenas nuestra emoción era inmensa, casi no podíamos creer que estábamos en el "fin del mundo". Luego de recorrer un poco la ciudad y pasar a hacer la últimas compras, tomamos el bus hacia Puerto Natales (Buses Fernández, Armando Sanhueza nº 745, Punta Arenas). El trayecto fue de 2 horas y media y el camino al principio nos encantó, sin embargo el cansancio del viaje nos hizo dormirnos casi al instante, además de que la pampa, luego de un rato, suele ser un poco monótona.
Al llegar al terminal de los buses Fernández en Puerto Natales (Eleuterio Ramírez nº399) es común encontrar gente ofreciendo sus hospedajes, así que una señora se acercó a nosotros y nos dijo que su hospedaje estaba a solo media cuadra del terminal. No lo pensamos más y la Hostal María José fue la elegida. Ubicada en Esmeralda Nº 869, es muy conocida entre los turistas que frecuentan la ciudad. Tiene un buen servicio, habitaciones cómodas, incluso algunas con baño privado y TV cable, además todo eso a valores más que aceptables ($10 mil la habitación doble, en ese año). Incluso en la misma hostal coordinamos el bus para ir al Parque al día siguiente. También la hostal tiene el servicio de custodia, lo que permite dejar cosas que durante los días de trekking por el Parque no se vayan a ocupar.
Al día siguiente (29 de marzo), luego del desayuno, tomamos el bus el cual por ya ser temporada baja solamente nos llevaba a nosotros, lo cual en cierta manera nos otorgaba algunos privilegios ya que el chofer de bus a la vez era nuestro guía. Tuvimos la posibilidad de poder bajar a tomar fotos en varios lugares (Cerro Castillo (parada obligada a tomar café), Mirador del Lago Sarmiento, Laguna Amarga y cada vez que los Ñandúes, Guanacos o el paisaje lo ameritaban.
El objetivo de ese día era acampar en el primer camping a la entrada del parque (Camping Las Torres, valor $5000) y poder ir inmediatamente al mirador en la base de las Torres del Paine, todo esto por aprovechar el hermoso día que teníamos. Después de armar la carpa comenzamos el trekking por uno de los senderos más recorridos del Parque, por el valle del Río Ascensio.
En el trayecto se pasa por dos campamentos intermedios (Campamento Chileno y Campamento Torres, el primero concesionado y el segundo gratis) hasta finalmente remontar una morrena glacial que nos lleva directamente a la base de las Torres, en la cual se encuentra una laguna originada por los deshielos que los pequeños glaciares que quedan como vestigios de los enormes hielos que en algún momento horadaron la tierra hasta originar esas moles de roca que hoy conocemos como las Torres del Paine.
En el mirador es posible tomar infinidad de fotografías así como también escuchar un sin fin de idiomas diferentes. Luego el regreso hasta el campamento lo cual suma un total de 7 horas desde que comenzamos el trekking. Al llegar, aprovechamos de tomar una ducha (incluido en el valor), comer, arreglar nuestras cosas y descansar.
Al día siguiente nos levantamos temprano y el día se presentaba frío y lluvioso. Esto hace que el plan inicial (de hacer el trekking hacia el Campamento Los Cuernos) lo cambiáramos por cruzar el Lago Pehoé en el catamarán y llegar hasta el Refugio Paine Grande y Campamento Pehoé ($4000 p/p). Y así lo hicimos, disfrutando de la hermosa vista (a pesar de estar nublado) que entrega el cruce por el lago.
Al llegar armamos nuestro campamento en un lugar en cual pensamos estaríamos protegidos del viento, pero grande fue nuestra sorpresa cuando no fue el viento el que nos "atacó". En el refugio Paine Grande existen diversas comodidades, desde un almacén hasta internet pasando por servicio de comida, duchas, alojamiento, etc. Luego de almorzar en el Quincho y dejar nuestra comida en bolsas y a la vez en nuestras mochilas (por los ratones) hicimos un pequeño trekking para aprovechar el día. Al regresar nos percatamos que nuestra carpa fue visitada por estos pequeños roedores, pero no dimos mayor importancia a esto, hasta que a medianoche nos vimos obligados a cambiar nuestra carpa de lugar, ya que estos ratoncitos nos atacaron a penas apagamos nuestros frontales.
Al día siguiente nos dirigimos hacia el Valle del Francés (el que consideramos uno de los senderos más bellos del parque). El día no varió mucho con respecto al anterior, solo que con menos lluvia. El sendero transcurre por un par de lagunas y bosques de ñirres y lengas. Después de 3 horas de caminata se llega al Campamento Italiano (gratis) que se encuentra en la entrada del Valle del Francés.
Seguimos por el sendero escuchando el río del Francés y las constantes avalanchas que caían desde el Glaciar.
Lamentablemente por tiempo esa vez no pudimos llegar hasta el campamento Británico y mirador del Valle, y de haber sido así poco hubiésemos apreciado, ya que las nubes se mantuvieron bajas durante todo el día impidiendo ver las altas cumbres.
Lamentablemente por tiempo esa vez no pudimos llegar hasta el campamento Británico y mirador del Valle, y de haber sido así poco hubiésemos apreciado, ya que las nubes se mantuvieron bajas durante todo el día impidiendo ver las altas cumbres.
Al regresar a Pehoé decidimos pasar la noche en el lodge ($10.000 p/p) y así poder tener un reparador descanso. El precio incluía pieza compartida (2 literas por pieza), desayuno y solo un colchón, pero no fue problema, ya que dormimos en nuestros sacos. El lodge es realmente acogedor, dan ganas de quedarse muchos días. Aprovechamos de tomar una ducha, comer y leer sentados cerca de la estufa. Dormimos realmente bien ese día y agradecimos estar bajo techo, ya que llovió copiosamente durante casi toda la noche.
El desayuno de la mañana siguiente es de aquellos que recordamos hasta el día de hoy: huevos revueltos, jamón, queso, café, leche. Nada como una buena alimentación antes de una larga jornada de caminata. Ese día caminamos cerca de 4 horas hasta el campamento de Grey donde aprovechamos de almorzar. Luego proseguimos nuestro camino hasta el mirador del Grey, a pesar de lo maravilloso de la vista no quedamos conformes y decimos seguir hasta el Campamento Las Guardas, después de 2 horas aprox de caminata llegamos hasta este campamento donde se encuentra un pequeño mirador que permite observar en casi todo su esplendor esta increíble lengua de hielo.
Cuando regresábamos a Pehoé empezó a lloviznar y se levantó bastante viento (en ese momento supimos lo que era el viento patagónico), sin embargo la vuelta fue bastante tranquila, pero agotadora, ya que caminamos alrededor de 9 horas en total.
Al llegar al camping nos dirigimos al quincho para preparar algo de comer y luego nos aprontamos a preparar nuestras cosas para el regreso (con mucha pena). Esa noche llovió copiosamente, prácticamente hasta el amanecer, sin embargo al levantarnos esta ya había cesado y el sol se dejaba ver a ratos. Tomamos el catamarán cerca de las 12 hrs y la navegación duró 45 minutos aprox.
Al llegar al sector de Pudeto, nuestro bus nos estaba esperando para el regreso a Puerto Natales. Con mucha tristeza subimos a este para retornar, con la esperanza de volver (mas temprano que tarde) al parque y a nuestro próximo objetivo, el circuito de la "O".
En Puerto Natales aprovechamos de recorrer la ciudad y de deleitarnos con uno de los atardecer mas bellos que se pueden apreciar.
Además, visitamos el Massay (recomendado por nuestro amigo Esteban) para por fin poder comer algo contundente, ya que las pastas tres minutos, arroz, atún, etc, aburren después de unos días.
Ese mismo día decidimos viajar a Argentina a conocer el famoso glaciar Perito Moreno para aprovechar nuestros últimos días de vacaciones, sin embargo esta segunda parte de la historia quedará para un próximo relato.