Del viaje que realizamos al norte en noviembre de 2013, solo habíamos hecho el relato de la estadía en el altiplano boliviano y nos faltaba mencionar los lugares preciosos que recorrimos en Chile.
Luego de regresar del Salar de Uyuni y Altiplano boliviano aprovechamos de descansar del viaje, ya que nos habíamos levantado a las 04:00 am ese día, y en la tarde fuimos hasta la Laguna Cejar (desde enero de 2015 se pretende cobrar $30.000 por la entrada).
Este lugar es bastante especial, pues la alta salinidad de la laguna, aparte de tener un color muy llamativo, permite que hasta el mas inexperto nadador (como es el caso de Jorge) flote en estas aguas. Lamentablemente en este lugar no hay sombra, así que el sol es muy dañino y el calor casi insoportable, ya que el tour parte a las 15:00 hrs aprox.
Luego fuimos hasta la Laguna Tebinquinche para esperar el atardecer. En el camino pasamos a los famosos Ojos del Salar, una formación en medio del desierto de dos lagunas de alta concentración de sales, y donde están permitidos los "chapuzones".
En la Laguna Tebinquinche sirven un pequeño aperitivo, generalmente pisco sour y cositas para picar.
El atardecer es maravilloso, ver los últimos rayos del sol en las nubes reflejados en la laguna es bellísimo, sobre todo la tonalidad de colores en el Licancabur y Juriques y el resto de los cerros de la cordillera es un espectáculo increíble y que no se pueden perder.
Al día siguiente nos levantamos temprano para ir hasta las lagunas altiplánicas. Tomamos desayuno en la laguna Chaxa - se debe pagar $2.000 por la entrada- en este lugar anidan muchas aves, dentro de ellas los bellos flamencos y luego de una hora nos dirigimos hasta nuestro principal destino.
En el trayecto se encuentra el pequeño pueblo de Socaire de origen prehispánico, donde realizamos una breve parada para conocer su iglesia, su principal patrimonio histórico.
Las laguna altiplánicas, Miscanti y Miñiques -también se debe pagar $2.000 por la entrada - se encuentran a mas de 4200 msnm por lo cual se recomienda no realizar movimientos bruscos o caminar muy rápido, ya que es muy probable apunarse a esas alturas.
Ya de regreso pasamos al famoso pueblo de Toconao, lugar que al ser un oasis permite el cultivo de muchas frutas. Su iglesia y el campanario frente a ella datan del siglo XVIII, han sido reconstruidos por los terremotos e incendios que los han afectado, y ambos fueron declarados Monumentos Nacional.
Ya en San Pedro aprovechamos de recorrer el pueblo, ya que es realmente hermoso.
A pesar de que no estaba en nuestros planes, decidimos ir a conocer el Salar de Tara, que según muchos visitantes, es el lugar mas hermoso de los alrededores de San Pedro. El costo es mas elevado que el resto de los tours, pero vale la pena el gasto. El tranfer pasa a la hostal a las 07:00 am aprox. y se recorre durante casi todo el día. El salar de ubica a 4.300 msnm y alberga una gran cantidad de flamencos y otro tipos de aves. Uno de los principales atractivos son los Monjes de la Pacana, estructuras gigantescas de piedra, que han sido moldeadas por el viento. El almuerzo es en el Salar mismo y debe ser liviano para evitar la famosa puna.
Nos quedaban solo dos días en San Pedro, así que optamos por arrendar bicicletas y fuimos hasta el sector de Catarpe - no olvidar llevar abundante agua, bloqueador solar y sombrero - sin embargo no recorrimos mucho, pues Jorge pinchó una rueda y perdimos bastante tiempo en cambiarla.
Ya en la tarde buscamos un lugar mas elevado para esperar el atardecer, el Volcán Licancabur y el Juriques se ven realmente hermosos cuando se bañan en esos tonos anaranjados y rojizos de los últimos rayos del sol.
Al día siguiente nuestro vuelo era tarde, así que aprovechamos que teníamos las bicicletas hasta ese día para salir a recorrer y a la vez despedirnos de este hermoso pueblo, visitado por miles de extranjeros cada año.
Vale la pena conocer San Pedro de Atacama, aunque es caro, siempre hay alternativas para el bolsillo, solo es cosa de darse el tiempo de buscar y cotizar.
