Caleta Tortel

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jueves, 6 de junio de 2013

Carretera Austral


Durante el año 2010 estuvimos pensamos cual seria nuestro próximo destino, teníamos como opción San Pedro de Atacama o Arica en el norte y Coyhaique en el sur. Sin embargo, como nuestro segundo sueño era conocer la Carretera Austral no lo pensamos tanto y compramos pasajes con destino a Coyhaique, aprovechando las ofertas cuando se compra con anticipación. La fecha sería del 23 al 27 de febrero del 2011, pocos días que debíamos aprovechar al máximo. Así que rápidamente empezamos a averiguar que lugares podíamos visitar, ya que poco y nada sabiamos sobre estas tierras salvajes. Jorge conocía hasta Puerto Montt y yo hasta Chiloé y luego nos saltabamos hasta Punta Arenas. 

El primer lugar que nos llamó la atención fue Puerto Tranquilo, pero este estaba a 200 km al sur de Coyhaique, sin embargo como el servicio de buses no es regular, no quisimos arriesgarnos a perder los pocos días que teníamos, así que optamos por arrendar un auto (a través de la página de lan arrendamos uno, el cual retiramos en el Aeropuerto de Balmaceda).

Pasaron los meses y nuestro viaje se acercaba, estábamos muy ansiosos por conocer todas esas bellezas que habíamos visto en internet. Los destinos escogidos fueron Puerto Tranquilo y el Ventisquero Colgante de Queulat. Ya teníamos todo nuestro viaje planificado, solo faltaba que llegara la fecha.

Trabajamos todo el verano y casi sin darnos cuenta llegó la fecha. Viajamos a Santiago y en el camino nos dimos cuenta que no realizamos el check in, pero fue para mejor, ya que nos asignaron asientos adelante del ala que tenían mejor vista (pero en el lado derecho nos perdimos toda la cordillera). Aterrizamos con un día magnifico. A lo lejos divisamos una gran montaña que se distinguía sobre el resto, no podía ser otro que el majestuoso Monte San Valentín.

En el aeropuerto nos esperaba nuestra camioneta, así que nos dirigimos inmediatamente a nuestro primer destino, Puerto Tranquilo. El viaje fue de 4 horas, pero no nos dimos cuenta, ya que todo era nuevo para ambos. Nuestra primera parada obligatoria fue en el mirador de la Cuesta del Diablo, sin embargo nos pudimos apreciar el Cerro Castillo, ya que estaba nublado. Tomamos las fotos correspondientes y seguimos a nuestro destino. 



El camino siempre es diferente, desde pampa en el comienzo a frondosos bosques, ríos, lagos, montañas, etc. 
Al llegar al aeropuerto había un día soleado, pero rápidamente se nubló y comenzó a lloviznar (la magia del sur).

Como 1 hora antes de llegar a Puerto Tranquilo aparece el Lago General Carrera o Chelenko ( segundo mas grande de sudamerica) y que en su lado Argentino es llamado Lago Buenos Aires (su origen es principalmente de deshielos). Gran parte del camino se recorre a orillas de este, tranquilo en días de sol y salvaje cuando se levanta viento. 



Llegamos a Puerto Tranquilo alrededor de las 4 de la tarde, y decidimos quedarnos en la Residencial Darka ($10.000 p/p baño compartido y desayuno incluido). Como no habíamos comido fuimos hacia la Avenida principal en busca de algún local. Comimos un churrasco ($3.000 aprox) y luego preguntamos por los viajes a las Capillas de Mármol  pero al estar terminando el verano había muy poca gente. Así que debimos esperar un buen rato, hasta que llegó una familia que nos permitió subir a la lancha con ellos (el valor del viaje es de $25.000 a $30.000 en total, pero a nosotros nos cobraron $5.000 p/p a parte).  Casi siempre en las tardes se levanta viento, por ende las aguas del Chelenko se ponen bravas, pero a pesar de ello el viaje no fue tan terrible.  Nos maravillaron las cavernas, mas aún cuando el sol les da de frente, ya que se ven de un color turquesa cautivador. 



Se debe hacer la diferencia de que existen las Cavernas de mármol, la Catedral de mármol y la Capilla de Mármol. Estas han sido erosionadas por miles de años por las furiosas aguas del Chelenko y que aún siguen esculpiéndolas.


Después de un día bastante agotador volvimos a nuestra hostal,  tomamos once y nos acostamos, el destino de día siguiente sería el Camino Exploradores.  

En la mañana descubrimos que tendríamos un día prometedor. Nos levantamos temprano para aprovechar al máximo. Tomamos nuestro desayuno y nos dirigimos alrededor de las 9 am hacia el valle, donde se podía apreciar un banco de nubes bajas que se adentraban en este y por las cuales el sol se hacia paso. 




El camino nos encantó, bosques siempreverde por doquier, cascadas, ríos, lagos (tranquilo y bayo), etc. 





En ese momento este aún estaba en construcción, así que solo llegaríamos hasta el km 54 donde se encuentra "El Puesto" lugar desde el cual, luego de una caminata de 30 min aprox se puede llegar al Mirador del Monte San Valentín. Al llegar a este punto las nubes aún nos amenazaban con que no veríamos el San Valentín, pero mi intuición me dijo que pronto se disiparían, era cosa de esperar que el sol hiciera su trabajo.
Recorrimos un poco mas el camino exploradores (para dar tiempo a las nubes que se disiparan) y regresamos al cabo de  1 hora. 


Pagamos los $3.000 y nos dirigimos hacia el mirador. Al llegar poco a poco las nubes se estaban retirando, dejándonos apreciar en todo su esplendor a esta inmensa mole llamada Monte San Valentín (3910 msnm el mas alto de la Patagonia).  Estuvimos varios minutos apreciando este espectáculo, las nubes ya se habían dispersado y había un sol radiante.




Luego tomar muchisimas fotografías, ya que hay que tener mucha suerte para encontrar un día totalmente despejado en la Patagonia, emprendimos el regreso a Tranquilo y grande fue nuestra sorpresa cuando pudimos apreciar en todo su esplendor el camino exploradores con todas aquellas montañas nevadas que en la mañana estaban cubiertas por las nubes.




Además pudimos apreciar aquellos glaciares colgantes que raramente se dejan ver (he ido en 3 ocasiones y solamente aquella vez pudimos verlos completamente).


Ese mismo día partimos de Tranquilo con rumbo a Coyhaique, un poco tristes por dejar aquel lugar tan sereno y acogedor, ideal para aquellos que deseen alejarse de la vida ajetreada de la ciudad. 

Esta vez si pudimos contemplar el imponente Cerro Castillo (llamado así por su singular forma similar a un castillo, ¿parece obvio cierto?).




Después de 5 horas llegamos a Coyhaique y decidimos quedarnos en la Hostal María Ester en Lautaro #544 ($10.000 p/p baño compartido y sin desayuno. Se debe pagar aparte por el uso de la cocina). 

Fuimos a devolver la camioneta y ver la posibilidad de arrendarla por otros 2 días (pretendíamos viajar a Queulat en bus, pero corroboramos la poca frecuencia de estos, así que por esto optamos por el arriendo). Ese día compramos las cosas necesarias para los días siguientes, pues íbamos a acampar en el Parque. 

Salimos temprano al día siguiente, y gracias a Dios la ventana de buen tiempo se mantuvo ese día también. 


Pasamos por el pequeño pueblo de Villa Mañihuales y Villa Amengual, hasta que luego de 2 horas el pavimento terminó y se presentó ante nosotros la famosa e intimidante "Cuesta Queulat". Nos adentramos por aquel camino mágico, tratando de no perder detalle alguno de sus cascadas, ríos y bosques colmados de verde. 




Al llegar al Parque y luego de discutir un poco con el guardaparques, ya que quería cobrarnos, sin embargo por tener carnet de federado podíamos entrar gratuitamente y derecho a camping, pero finalmente a regañadientes nos dejo pasar y armamos nuestra carpa. Luego de ordenar nuestra mochila con el respectivo "cocaví" y jugos nos dirigimos rápidamente a realizar el sendero del mirador del Ventisquero Colgante, ya que algunas nubes estaban amenazando la ventana de buen tiempo. Caminamos cerca de 2 horas hasta llegar al Mirador, que nos entregaba una vista increíble. 





Estuvimos cerca de media hora contemplando el paisaje y obviamente tomando las fotografías correspondientes. Ya cuando regresábamos se había nublado completamente, así que raudamente fuimos al sendero de la laguna témpanos antes de que el glaciar se cubriera por completo.


Al llegar a nuestro camping comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia, comimos, tomamos café y nos acostamos a descansar de ese largo día. 

Al siguiente día nos levantamos y emprendimos rumbo a Coyhaique nuevamente. Nuestra parada obligatoria fue en el "Bosque Encantado" (supimos de su existencia por un turista que nos recomendó que lo visitáramos). A pesar de que estaba lloviendo bastante fuerte quisimos realizar el trekking de todas maneras, y no nos arrepentimos, porque este bosque le hace honor a su nombre, esta encantado.





Caminamos durante 2 horas bajo la lluvia y poco sacábamos nuestras cámaras, ya que temíamos que estas se estropearan con el agua. Como había llovido bastante el río que se encuentra casi al final del sendero había crecido, así que tuvimos que rebuscar la manera de llegar al final del sendero, donde supuestamente se encontraba una laguna. 

Luego de meternos en reiteradas ocasiones al agua por fin llegamos a esta misteriosa laguna llamada "Gnomos", originada por los deshielos de los glaciares que se encuentran a su alrededor, sin embargo no tomamos muchas fotografías, pues no teníamos con que secar el lente de las cámaras (estábamos empapados). Esta fue una de las pocas fotografías que pudimos tomar.




El regreso fue rápido. Tardamos 1 hora en llegar a la camioneta, donde nos cambiamos de ropa, nos secamos un poco y emprendimos rumbo a Coyhaique. Sin embargo antes de tomar el desvió a Coyhaique quisimos ir a conocer Puerto Aysen.



Al llegar a Coyhaique la hostal María Ester no tenía cupos (error nuestro no reservar), así que tuvimos que buscar otra hostal, pero como estábamos cansados no buscamos mucho, solo queríamos tomar una ducha y dormir. Nos quedamos en una que nos costó $7.000 p/p y baño compartido (no recuerdo el nombre), sin embargo no era buena, ya que el baño no se veía limpio y las habitaciones tampoco, pero de todas formas esa noche descansamos bien.

A la mañana siguiente aprovechamos de dormir un poco mas y nos levantamos mas tarde. Tomamos desayuno y nos dirigimos hacia el aeropuerto donde devolvimos la camioneta. Nos subimos al avión muy tristes, ya que nos faltó muchísimo por conocer, pero contentos al mismo tiempo por los lugares extraordinarios que conocimos. Obviamente, teníamos que regresar mas temprano que tarde.